Una de las cosas que alardeamos cuando llegamos a este país, de haber llegado al fin de una vida sumida por la burocracia. ¡Mentira! Ahora la burocracia se nos presenta diferente. Yo la llamo tecnocracia. ¿Qué es? La misma burocracia, pero en vez de tener mujeres bellas limándose las uñas o viejos resabiosos detrás de un buro, ahora lo hacemos a través de la computadora o del teléfono, el peor.
Cuando llamas a un número, porque es la única posibilidad que tienes para cambiar un servicio o reportar problema con este, ahí comienzas a acordarte de las colas, el “peloteo de oficinas”, los papeles incompletos… de Cuba.
Hace unos días llamamos a un seguro médico para realizar una gestión. Cuando Ud. marca el número sale una voz femenina, de esas dulces mujeres detrás de un escritorio que probablemente se lima las uñas o escucha una radio novela: “Thanks for call to…” y otra, tal vez mayor en edad y menor en gracia te dice:”si desea escuchar este mensaje en español marque el dos”.
Por desgracia yo marco el dos.
“Su llamada será grabada o monitoreada para un mejor servicio…Ud. Está conectado con el menú principal. Si Ud. Está llamando para…marque el número 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,9…”
¡Qué tristeza! Cuando marcas el número del menú principal que te aplica, necesita marcar su número de caso, número de seguro social, número de teléfono, día de nacimiento, licencia de conducción… fin de la llamada. “Ahora lo conectaremos con nuestro servicio al cliente, por favor manténgase en línea”.
Si eres un suertudo de esos que si jugarás la lotería el primer día, la ganarás, te responde servicio al cliente. “Servicio al cliente, le habla Juan González, en que puedo ayudarlo” ¿Cómo? ¿Yo llevo media hora marcando, dando números, y Ud. no sabe para que llamo?
Pero eso no es nada. “Está bien señor, con placer lo ayudaré. Me podrá decir por favor su número de caso, número de seguro social, número de teléfono, día de nacimiento, licencia de conducción” Sin comentarios.
Esto es en el mejor de los casos. En el más común te quedas en línea con una música que da miedo y una voz cada diez segundos que dice:”Por favor espere, su llamada es muy importante para nosotros. Cuando se desocupe uno de nuestros operadores se le atenderá rápidamente”
A los 30 minutos o 45, o cuando tu celular se descarga, llamas más tarde.
Pero este, precisamente este, no es el peor de los casos. Algunos funcionan con tu voz.
“Si ha llamado para pagar su cuenta diga ahora pagar” Y empiezas tu a decir: ¡Pagar! La máquina ahora te responde: “Lo siento. ¿Ha dicho Ud. pagar?” Y tú piensas en alguien que juega con la máquina y lo hace a propósito. “Si, he dicho pagar”. “Lo sentimos mucho, respuesta no clara. Le repetiremos la pregunta. Si ha llamado para pagar su cuenta diga ahora pagar” ¡Pagar! “Si ha dicho pagar, diga si” ¡Sí! “¿Seguro?” Esto último ha sido exagerado, pero niéguenme que no me han creído.
En este lío he visto a un amigo en el “lunch time” del trabajo, discutiendo con la máquina caminando en círculos tratando de pagar un vil “bill”.
Total que no es tan diferente. Aunque yo, y eso no lo dude, prefiero la tecnocracia, porque eso significa que estoy acá, lejos de la burocracia.
¡Qué viva la tecnocracia! ¡Que pronto la mejoren! ¡Que pongan bastantes costumers services en español!